Christian Sepúlveda
En el año 2001, Tim Burton falló con su versión de “El Planeta de los simios”. Muchos fans hicieron como si esa película no hubiera existido nunca y se conformarían con las clásicas películas (1968-1973).
Pasarían diez años después de la adaptación de Burton, y Fox decidió crear una cinta que sirviera como un re-inicio de las películas clásicas, comenzando desde cero y explicando el origen de la inteligencia de los simios.
La película fue un rotundo éxito en crítica y taquilla, por lo que Fox decidió llevar a cabo una secuela, que me ha dejado con un muy buen sabor de boca.
El filme tiene un gran comienzo en el que te dejan en claro cuál es el propósito de los seres humanos al querer instalarse en la vivienda de los simios. Los personajes muestran su verdadera personalidad e intenciones respecto a las diferencias entre humanos y simios. Por el lado de los simios está César (Espectacular Andy Serkis) quién, lo que quiere es paz entre seres humanos y simios para así evitar una guerra que termine con la familia que se ha creado y, por el otro bando está Koba (Brillante Toby Kebbell), personaje mostrado en la anterior película, pero sin tanto protagonismo como en esta, en donde odia por completo a la raza humana y es capaz de hacer lo que sea con tal de que los simios tomen en control.
Por el lado de los seres humanos está Malcolm (Jason Clarke), un padre que trata de sobrevivir junto con su hijo y su pareja a la epidemia. El personaje es un reflejo de lo que era el protagónico de James Franco en el filme anterior: Un buen hombre que quiere lo mejor tanto para simios, como para la raza humana. La otra cara de la moneda es Dreyfus (Un excelente Gary Oldman), quién es un ser atormentado por la pérdida de su familia a causa de la epidemia y que haría lo que fuese necesario con tal de que los simios no invadan el espacio de sobrevivencia humana.
Absolutamente todos los protagónicos están bien escritos y conforme avanza la historia, vas comprendiendo las razones de los antagonistas al realizar acciones incorrectas que, para ellos son más que correctas.
El segundo acto se dedica, más que nada, a profundizar entre la relación humano-simio, y se logra de manera más que acertada, ya que en varias ocasiones se logra apreciar el miedo del ser humano ante lo desconocido. El director Matt Reeves logra a la perfección que el espectador sienta compasión por los simios en esta parte del largometraje.
El clímax es de lo mejor. Ocurre algo que NADIE se espera y de ahí se desata el feroz enfrentamiento entre simios y seres humanos.
El final es sensacional y deja la puerta abierta para que haya muchas más películas y que esto se convierta en una gran saga de Ciencia-Ficción.
En conclusión: El planeta de los simios: Confrontación es un filme que profundiza de manera excelente en sus personajes. Tiene buenos efectos, buena historia, una gran dirección y muy buenas actuaciones, en especial la de Andy Serkis y Toby Kebbell.
El único punto “controversial”, más no malo, es que no se sabe exactamente que ocurrió con el personaje de James Franco, ya que en la anterior película era inclusive más protagonista de la historia que César.