"Monster": crítica del Tipo Raro

MONSTER: LA EMPATÍA POR EL ASESINO
El Tipo Raro

La empatía en el cine es un fenómeno muy esporádico que suele frecuentar películas que traten sobre las desgracias de personas en situaciones cotidianas o cuando son víctimas de algún tipo de atropello. Es normal escuchar personas que dicen haberse sentidos identificados con Chris Gardner de “En busca de la felicidad”, incluso los creadores mismos pueden sentir una conexión los personajes de sus historias, como le ocurrió a Steven Spielberg mientras rodaba “La lista de Schindler”, llevándolo a estar tan involucrado en el dolor judío por el holocausto que se convirtió a dicha religión.
¿Pero qué sucede cuando la película logra que sintamos esta empatía por un personaje amoral? ¿Es posible que las personas lleguen a comprender las motivaciones de alguien indeseable para la sociedad, como un asesino?  Esto es un evento aún muchísimo más raro de ver, ninguno quiere aceptar que se siente igual a alguien que es capaz de quitar la vida a otra persona, toda la sicología tras algo así es algo muy denso de analizar y que puede ser encontrado sobre todo en el cine no hollywoodense, pero “Monster”, la película de Patty Jenkins del año 2004 es uno de estos eventos.
La película narra los últimos días de Aileen Wuornos, una prostituta estadounidense que se hizo famosa por haber matado a siete hombres entre 1989 y 1990, razón por la cual la apodaron “El monstruo”. La cultura norteamericana vive fascinada por el crimen al punto de convertir en iconos de la cultura popular personajitos de pacotilla como Charles Manson o Ted Bundy, prácticamente todo el material que se crea alrededor de la personalidad de estos seres no es sino una apología a sus delitos, un enfermo festejo sobre las acciones de estos asesinos que crea estadísticas sobre cuantos mato y bajo qué condiciones; irónicamente ningún asesino norteamericano ha llegado tan lejos en sus crímenes como si lo han hecho verdaderas bestias, tan solo para un momento la lectura y compara el número de víctimas de estos dos con las de Luis Alfredo Garavito.
Pero me estoy desviando del tema, la cuestión es que cuando llego Wuornos, esta fascinación se transformó más en odio que cualquier otra cosa, el pueblo estadounidense no la quería ni le interesaba su vida, ese desprecio venía ligado en primera instancia a que era una mujer y en segunda a que era una prostituta, es decir, que Wuornos era por nacimiento una fruta maldita que acabo donde debía y se tenía muy merecida la inyección letal.
Patty Jenkins vio algo en esta desgraciada mujer que la motivo a investigar más a fondo, encontrándose con el mismísimo diario que la ex convicta escribió durante su estadía en prisión. Debido a lo desgarradoramente bien escrito que estaba este testimonio la cineasta decidió crear un guión usándolo como referencia principal logrando una joya brillantemente ejecutada gracias sobre todo a la espectacular actuación de Charlize Theron.
La sudafricana demostró no solo ser una de las mujeres más hermosas del jet set californiano sino una actriz apasionada sin miedo a perder toda su valiosa imagen por conseguir una interpretación más que creíble, sentida. La apariencia física es lo que más impresiona la primera vez que se le ve tras la piel de Wuornos, totalmente irreconocible con manchas de acné, con las cejas cortadas, el pelo sucio, enmarañado y duro como una escoba vieja, la nariz hinchada como la de un cerdo, la dentadura postiza con esos dientes largos afilados iguales a los de un vampiro y el maxilar inferior hundido en la quijada casi como si estuviera siendo tragado por el superior; a eso se le debe sumar que esta imponente mujer de 1,77 m aumentó 14 kg, abandono el ejercicio y uso siempre ropa en iguales condiciones a las que vistió Aileen con tal de comprender su sicología.

Pero todo esto no es sino una fachada, una máscara, la Monster de Theron es empática porque consigue una actuación tremendamente humana; al despreciar totalmente su apariencia la actriz noto los cambios que esto conlleva en una mujer sobre todo en una sociedad tan superficial como la moderna, sintió el mismo asco que Aileen se tenía a sí misma y lo empato a la perfección con los movimientos que esta hacía, como mover la cabeza rápidamente cuando hablaba mientras estaba feliz, la extraña mueca que se formaba en su maltratado rostro al momento de sonreír, lo mucho que abre los ojos cuando se enojaba, el pasarse la mano derecha dos veces por el pelo siempre que estaba nerviosa, cerrar las fosas nasales al tiempo que endurecer la cumbamba como antelación al cometer los crímenes y como no, ese gracioso gesto con las manos simbolizando derroche y buena fortuna cuando tiene dinero.

La Aileen Wuornos que nos mostró Charlize Theron era una mujer simpática a quién le conocemos el duro pasado que tuvo en rápidos flashbacks al inicio de la cinta, pero no importa el pasado sino el presente y es toda la mala suerte que tiene la que la convierte en el monstruo por el que se le recuerda: intentos de violación, homicidio y enamorarse. Monster es un retrato de la degradación de una mujer por un mundo en el que se le ve como objeto y la condiciona a una vida  de bajezas pero también es un retrato del karma, Wuornos jamás pudo quitarse su vida como prostituta ni la rabia que siempre cargaba, tuvo oportunidades para ser alguien más pero era demasiado tarde, ya había cruzado la raya de la inocencia. La película respeta el pensamiento de la misma asesina quién admite ser culpable de cada asesinato, de hecho demuestra no sentir algún remordimiento al respecto, pero jamás se consideró culpable del porqué ni el para qué los cometió, eso es materia de la escena final donde en medio de la furia y la desesperación lanza su verdad a un jurado distante que jamás miro más allá del Monstruo que todos creían que tenían.


Aileen Wuornos siempre será un misterio aunque Monster es lo más cercano que tenemos para comprenderla, una chica cualquiera con sueños hermosos que termino por transformarse en un objeto mediático de odio, pero que Patty Jenkins y Charlize Theron lograron desmitificar en cierta forma con esta empática cinta del 2004 que le dio reconocimiento a su directora, le demostró a Hollywood la capacidad que tenían las mujer en la industria e hizo a Theron ganadora de un merecido Oscar por uno de los papeles más fuertes que haya visto en el cine.


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