
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Aún recuerdo cuando los Souls eran juegos de culto sólo populares entre los hardcore gamers y unos pocos afortunados. Ahora, la serie Souls es inmensa, tiene una base de fans considerable y ha inspirado juegos (los llamados Soul-like), canales de YouTube dedicados, canciones y hasta un restaurante en Japón de temática Dark Souls, en serio. Así que, el tercer juego de la saga Dark Souls, la conclusión al menos temporal, y el quinto de la serie Souls tenía una gran expectativa alrededor, sobre todo con Hidetaka Miyazaki al mando una vez más. En este juego nos enfrentamos una vez más a la maldición de los no muertos, esta vez en el reino de Lothric. En lugar de controlar a un no muerto normal, ahora somos un latente con la misión de encontrar a los Señores de la Ceniza y llevarlos a enlazar la Primera Llama. Y, ¿cómo quedó? ¿Está a la altura de las expectativas? Esta es mi opinión en tan sólo 10 puntos.
Lo bueno:
1. La dirección de arte, como siempre todos los diseños son sublimes, muy creativos e imaginativos y, en muchas ocasiones, desquiciados. Es decir, tenemos cosas de fantasía medieval occidental genérica como castillos, catedrales, caballeros y zombis (los no muertos), pero con diseños excelentes, y luego monstruos y criaturas súper extraños y lugares muy poco convencionales. Todo es estilo Dark Souls, así que uno sabe qué esperar: ciudades fantasmas, catacumbas, lagos envenenados, bosques malditos, alcantarillas...
2. El diseño de niveles. Dark Souls III se sale en este apartado. Cada zona tiene un diseño laberíntico brillante que, a estas alturas en la saga, era de esperar.
3. Este juego tiene probablemente el mejor combate de toda la serie, y eso no es decir poco. Tiene un poco de la velocidad y agresividad de Bloodborne combinado con el estilo metódico, calculador y tenso de Dark Souls. El resultado es un combate que nos exige pensar y que a la vez nos permite mayor agilidad y rapidez en los ataques. Y cada estilo de combate aquí tiene su truco, tanto si usas armas ligeras, pesadas, magia, milagros, piromancias o una combinación de éstas.
5. Los jefes, la estrella del título. Algunos son decepcionantes, aburridos o desbalanceados, pero eso es habitual a estas alturas en la serie y la mayoría son, como siempre, memorables, divertidos y desafiantes. Y en esta ocasión vuelven los jefes de dos fases de Bloodborne, lo que le añade aún más variedad al asunto. A estos enfrentamientos contribuye la música. Una vez más, la música es por lo general ausente, y eso se agradece, porque así se crea ambiente de tensión y cuando suena en las peleas contra los jefes se siente casi como una recompensa.
6. El modo multijugador online, tan extenso y profundo como Dark Souls II, y como estamos en la nueva generación de consolas, puede haber hasta seis jugadores a la vez. Tenemos los covenants o pactos clásicos, como los Centinelas Azules, la Senda Azul o los Caballeros de la Luz Solar, más algunos nuevos como los Sabuesos de Farron o los invasores dementes, y otros secretos como los Espada de la Luna Oscura o el pacto del Dragón. Y como siempre podemos dejar mensajes en el suelo con consejos, reflexiones, troleos y tonterías varias.
7. Este es un juego profundo, complejo, denso, y que tiene multitud de secretos. Para empezar, aquí la muerte importa, es en sí una mecánica del juego. Ya no nos volvemos huecos, se sustituye la humanidad por ascuas y funcionan casi igual que en Dark Souls II, y aún perdemos nuestras almas al morir. Otra cosa que regresa es la increíble cantidad y variedad de ítems, armas y armaduras, lo que hace que tu personaje sea único, puedes crear algo que nadie más ha hecho. Ya no podemos reforzar las armaduras, lo cual probablemente sea algo bueno, pues distraía mucho, pero el reforzar e imbuir armas sigue aquí, al igual que la posibilidad de crear conjuros, armas y anillos con las almas de los jefes. Y los secretos aquí son un montón: áreas secretas, muros ilusorios, questlines de personajes, jefes opcionales... Incluso mecánicas ocultas que el juego no te explica y tienes que averiguar por tu cuenta. La filosofía de Dark Souls es que no te debe explicaciones. El juego me ha durado 70 horas sólo en la primera vuelta, es largo y, por todos los secretos, muy rejugable. Pero...
Lo malo:
8. El modo Nuevo Juego +, que es la partida que podemos empezar con el mismo personaje al acabar el juego, y esto me duele muchísimo decirlo. Simplemente no está muy trabajado. Los enemigos tienen más vida, pero no mucha más, por lo que si tienes un arma poderosa puedes fundírtelos sin mayor problema, y encima sus ataques no hacen más daño, los enemigos no están a la altura del jugador, aunque hay que tener en cuenta que tan sólo he jugado una parte de este modo. Hay algunos anillos mejorados que puedes encontrar y un atuendo que creo que sólo está disponible en este modo, pero nada más, no hay equipamiento nuevo, ni recompensas nuevas, ni enemigos añadidos que hagan de este modo algo interesante y encima es muy fácil (en estándares de Dark Souls, por supuesto), te puedes pasar en un rato partes en las que uno se tira horas en su primera vuelta. Esto contrasta mucho con el de Dark Souls II, un modo NJ+ excelente que ofrecía enemigos y desafíos nuevos, además de muchas recompensas nuevas y una dificultad aumentada de verdad. Ni siquiera tenemos aquí ascuas de la adversidad, que eran un puntazo en el segundo, que nos permitían reiniciar una zona entera, reviviendo a todos los jefes y enemigos especiales pero todos en dificultad mayor. Dark Souls nunca ha tenido un sistema de dificultad en sí, pero esa mecánica, y otras como el pacto de los campeones, servían para aumentar la dificultad de quien lo quería. Volviendo al modo NJ+, al final, sólo sirve para rejugar el juego y descubrir secretos que te perdiste, para lo cual sirve perfectamente empezar una nueva partida con un personaje nuevo y no te pierdes nada.
Lo ambivalente:
9. Es un Soul, concretamente un Dark Souls. Tiene el ritmo, la tensión y el desarrollo de los Dark Souls, pero con toques de Bloodborne. También tiene aspectos de Demon’s Souls, como los puntos de concentración o mana y la suerte. Se siente en muchos aspectos como una combinación de los mejores aspectos de toda la serie, así que para un fan será un deleite. Si eres nuevo, hay cosas que esperar siempre de un Souls: es un juego desafiante, que explica muy poco de sus propias mecánicas y con una narrativa fragmentada y disuelta en el juego. Hablando de la historia, el juego explica un poco más que los anteriores en el inicio, esta vez sabes desde el principio cuál es tu objetivo concreto y es más fácil entender conceptos básicos de la historia de Dark Souls. Ahora bien, sigues teniendo que comerte el coco para entender la historia del reino y las implicaciones de tus actos. Por otro lado, algo que algunos pueden empezar a notar es que estos juegos empiezan a ser más de lo mismo, sobre todo después de tres juegos anuales seguidos, y que la serie puede sufrir un estancamiento. Este juego es muy familiar para los que ya hayan jugado un Dark Souls, pero dudo que vayamos a ver un estancamiento, especialmente sabiendo que la saga Dark Souls se tomará un descanso y dudo que el año que viene salga otro Souls (ya sea Bloodborne 2 o una nueva IP dentro de la serie).
10. El fan service. El fan service es algo bueno, y nada nuevo en los Souls: los Dark Souls tienen referencias a Demon’s Souls, Bloodborne tiene referencias a ambos y este Dark Souls III tiene inspiración e influencias de toda la serie Souls. Pero el fan service al primer juego lo encontré, en ocasiones, excesivo. Es decir, no hay nada de malo en tener los sets de personajes queridos, ni referencias, ni localidades con una nueva forma como este Santuario de Enlace, pero cuando hay zonas sacadas del primero y jefes con sets de movimientos muy similares, se está cruzando alguna línea. Hay un área de pelea contra un jefe, de hecho, que es casi todo puro fan service, que está repleta de cadáveres de jefes del primero, literalmente está llena, es excesivo. Este juego es, en parte, una continuación directa del primero, lo cual tiene sentido por la historia y los temas que trata, pero contradice lo que proponía el segundo, que es que no ha quedado casi nada de las civilizaciones antiguas. Ahora bien, el juego no es todo fan service, tiene su propia identidad y logra crear sus propios momentos icónicos y memorables, por lo que yo le perdono este punto, pero no todos compartirán mi postura.
Punto extra: No suelo hacer esto, de hecho sólo lo he hecho en dos ocasiones, pero me he comprado la edición del juego con el DLC incluido, DLC que aún no sé en qué rayos consiste. Para mí, más contenido en Dark Souls siempre es bueno, y el historial de DLCs en los Souls es muy bueno, pero hoy en día la situación está algo excesiva con muchos juegos, que guardan sus mejores bazas para el DLC y nos dejan con un juego incompleto. Hubo una gran polémica con Battlefront respecto a este tema, pero donde yo más lo he visto es con Call of Duty, concretamente en el modo zombis, pues en el juego vienen uno o dos mapas y luego en los DLCs meten cuatro que resultan ser mejores, más interesantes y más locos. Dark Souls aún no ha cruzado la línea roja, pero ha estado cerca, metiendo algunos de los mejores y más difíciles enfrentamientos con jefes y piezas importantes del LORE en DLCs. Pero eso es entendible y justificable a mi entender, necesitan incentivar a los jugadores a pagar el contenido descargable. Lo que no me parece bien es que se planee desde el inicio qué meter en el juego y qué en el DLC, creo que el juego se hace primero y después se decide en qué consiste en DLC. Una pequeña reflexión que tenía que hacer, pues el tema de los DLCs a algunos se les está yendo de las manos.
En conclusión, amo la serie Souls, amo Dark Souls, y este juego es seguramente la cumbre de lo que esta serie es y representa. No sé si es necesariamente el mejor, tampoco si es mi favorito personal, pero es, como he dicho antes, una combinación de casi todos los mejores aspectos de los Souls y una forma espectacular de cerrar la saga Dark Souls. Si eres fan de los Souls o de Dark Souls no necesito decirte nada, ya lo tienes o deberías tenerlo. Si ya has jugado a un Soul y te gusta, no lo dudes, juega a este juego. Si eres un nuevo en la serie y te atreves a entrarle, te recomiendo empezar por Dark Souls II o Bloodborne para acostumbrarte a lo que son estos juegos, pues son más accesibles para novatos sin perder la dificultad. Y si ya has probado algún Dark Souls y no es lo tuyo, aquí no hay nada que te convenza de lo contrario, pero quizás le cojas el gusto con Bloodborne. Y si con ese tampoco, apaga y vámonos, esta serie definitivamente no es para ti. Eso es comprensible, estos juegos no son para todo el mundo, pero si conectas con ellos encontrarás una experiencia única y maravillosa.
Las opiniones vertidas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor y no necesariamente corresponden con las de la administración de En 10 Puntos