"Hard Candy": Crítica para Angel Haro Sierras



En esta ocasión, Angel Haro Sierras, nuestro patrocinador vía Patreon.com,  nos pidió que comentáramos el thriller del 2005 “Hard Candy”!


En el 2005, acompañada por uno de los posters más cool jamás diseñados para una película, se estrenó “Hard Candy”, el primer largometraje del director David Slade, basado en el guión de Brian Nelson.

Se trata de la historia de Hayley, una despierta adolescente que se encuentra con Jeff un atractivo fotógrafo que conoció en Internet y que a todas luces es un pedófilo.  La película los sigue desde una cafetería pública hasta la casa del fotógrafo en donde las cosas dan un giro de 180º y empezamos a dudar de si Jeff es realmente el pedófilo que creíamos y po
r el contrario empezamos a estar seguros de que Hayley no es la chiquilla desvalida que parecía.
La película es protagonizada por la entonces desconocida Ellen Page como Hayley y el entonces desconocido Patrick Wilson… y ya!  Son ellos dos solos casi toda la película.  Page y Wilson se lucen en sus papeles, dándole humanidad y matices a sus personajes y aprovechando al máximo lo contenido de la premisa y logrando una gran dinámica, llena de momentos intensos y muy físicos a pesar de lo limitado de la locación.

Dije ellos dos solos, pero es justo decir, ellos dos y el director, David Slade quién logra con la dirección una película dinámica, entretenida y muy interesante en lo visual. Prácticamente toda la historia se desarrolla dentro de una casa, sólo con dos personajes hablando y Slade busca siempre diferentes ángulos, diferentes lentes, variedad de encuadres para que nunca se sienta plana o monótona de ver.  Eso si con prioridad a los primeros planos, lo que ayuda a darle una sensación de claustrofobia y encierro que inunda toda la historia.   Y  quiero destacar además su gran pulso para filmar las escenas más crudas de forma elegante y sutil, sin restregarnos en la cara lo grotesco de la situación. Insinuar más que mostrar es la tónica de la dirección de Slade y lo logra con gran elegancia.

Sin duda dirección y actuaciones son de primera, sin embargo el guión de Brian Nelson es el punto polémico.

Y empecemos por el tema,  la película puede verse como una apología a tomar la justicia por nuestra propia mano.  Si conocemos a un pedófilo, entonces podemos torturarlo por nuestra cuenta.  Esto es justificable,?   Que pruebas necesitamos?  Tiene que haber balance en lo que le hagamos?  Que responsabilidad, individual y social tenemos? Qué crímenes justifican ese comportamiento?  dónde trazamos la línea?  Estas son preguntas que la película ni siquiera pretende hacer.   Es un thriller, no una crítica social y esto puede parecer inapropiado para algunos:  tenemos este tema terrible del abuso de menores y el linchamiento privado de personas pero solo por la adrenalina del momento, no para cuestionar nuestra sociedad.   Es esto correcto?  Es trivializar lo importante?  Ese es uno de esos famosos “puntos ambivalentes” de los que algunos hablan ;)

Por mi parte la verdad admiro la propuesta atrevida e incómoda, que nos presenta. Tocando temas difíciles y espinosos de forma original, sin caer en los puntos comunes que historia similares tocan. Pero por otra parte es difícil negar que la situación es bastante inverosímil. Y, diría yo, se vuelve cada vez más inverosímil conforme avanza. La historia se mueve rápido, es sorpresiva y actuada con convicción, por lo que es relativamente fácil hacernos de la vista gorda y dejar que historia prosiga, pero inevitablemente lo forzado e Increíble de muchos giros inevitablemente pesan al final.
El verdadero problema de la película para mi, y ojo que aquí entro en territorio de spoilers, no es tanto que la situación sea inverosímil, o trivializada; hemos visto cosas más inverosímiles e igual se disfrutan y situaciones igualmente serias tratadas de forma ligera.  Siento que el gran problema es que, conforme avanza la película y vemos a Hayley tan psicótica, tan preparada, tan invencible, y a Jeff tan vulnerable, tan indenfenso…. empezamos a sentir pena por él y aunque nuestro cerebro nos dice “es un pedófilo, tal vez un asesino también”, emocionalmente pensamos: "pobre tipo ahí, a la merced de esa loca!"

Y es un problema de narrativa, no hechos.  Jeff probablemente se merece lo que le pasa, pero la forma en que se cuenta (la narrativa) lo enmarca como víctima, no como el monstruo recibiendo su merecido castigo.  Y no creo que esa fuera la intención de los cineastas.

Sin embargo, a pesar de este problema que puede ser grave o perdonable dependiendo de su como vean la temática, es una película bastante recomendable: entretenida, cortita, bien realizada y que disfruté más de lo que esperaba.  Muchas gracias a Angel Haro por su patrocinio y por enfrentarme con “Hard Candy”