
En esta ocasión, Manu Vacas, nuestro patrocinador vía Patreon.com, nos pidió que comentáramos el drama de abogados de 1992 "A Few Good Men (Cuestión de Honor)"
A principios de los '90 la estrella Tom Cruise se encontraba en una campaña para quitarse la imagen de ser sólo una cara bonita y por el contrario consolidarse como un actor serio, trabajando en películas como "Rain Man ", "Born on the Fourth of July " y, por supuesto "A Few Good Men".
Este drama de corte sigue al teniente Kaffee, un abogado militar inmaduro y despreocupado mientras intenta defender a dos marines acusados de asesinato en la base estadounidense de Guantánamo.
Y ésta es una de esas películas con un pedigree impresionante, en el cast tenemos por supuesto a Cruise acompañado por Demi Moore, Kevin Bacon, Kiefer Sutherland, y robándose el show, Jack Nicholson en uno de sus papeles más icónicos.
Pero esto no es todo, el guión es de Aaron Sorkin, basado en su propia obra de teatro, a quien recordarán por otros excelentes guiones como "The Social Network", "Moneyball" y "Steve Jobs". Y dirige uno de los directores más versátiles y sólidos que existen: Rob Reiner, responsable de películas tan icónicas y variadas como el falso documental "This is Spinal Tap", el drama "Cuenta conmigo", la hermosa fantasía "La Princesa Prometida", la comedia romántica "Cuando Harry conoció a Sally" y la historia de suspenso "Misery".
Con este talento involucrado, ¿qué tenemos? Una película extraordinariamente bien hecha y tremendamente entretenida. Ahora que la vi de nuevo para comentarla, me sorprendió lo mucho que la disfruté y lo apretado y eficiente que son el guión y la dirección: no hay un instante desaprovechado, una toma de más, una escena que sobre, una frase o gesto que no ayude a construir la historia o definir a los personajes. La película nos mete de lleno en este mundillo del ejército, colmado de lenguajes secretos y códigos privados, en que a los reclutas se les pide el imposible doble deber de la obediencia absoluta y el ser fieles a su consciencia; una circunstancia en la que algunos se sienten a sus anchas mientras que otros jamás lograrán encajar.
Ahora bien, por más bien concebida y ejecutada que esté la película, sin duda lo que la ha vuelto una obra icónica en el imaginario colectivo es Jack Nicholson, absolutamente enorme en pantalla como el coronel Jessep, un personaje confiado, orgulloso, engreído y totalmente insufrible; con una de las líneas más recordadas en la historia del cine: "You can´t handle the truth."
Y sin embargo, creo que aquí es dónde la película realmente brilla en su realización, porque esta frase o todo este momento más bien, funciona y es recordado de una manera tan vívida una vez que el film termina, porque es la culminación de todo lo que viene planteando anteriormente: vemos la arrogancia del coronel, su indiscutible autoridad y su total invulnerabilidad; vemos la inexperiencia de los abogados, lo escaso de sus recursos, lo desesperada de la situación de los acusados y todo esto nos va llevando lenta pero firmemente a un duelo en la corte, intenso, sorpresivo y enormemente satisfactorio.
Un problema habitual en los dramas de corte es tener resoluciones sorpresivas que se sienten poco realistas o grandes enfrentamientos entre personajes que nunca nos importaron mucho desde el principio.
En "A Few Good Men", todo se siente tan merecido, todo encaja tan bien, los personajes y sus objetivos son tan claros y tan antagónicos entre sí, que en el gran desenlace queremos levantarnos y aplaudir.
Si les gustan las películas de abogados, y no han visto "A Few Good Men" o si ya la vieron y quieren recordar por qué es tan apreciada, no duden en dedicarle un rato a esta producción.
Muchas gracias a Manu Vacas por su patrocinio y por hacerme recordar por qué disfruté tanto esta película.